“La oración del
labriego”, valse de la autoría intelectual de nuestro
inmortal Maestro don FELIPE PINGLO ALVA,
nos imprime en su texto, la gran emoción
social que éste tenía por los menos favorecidos, su amor por la naturaleza y sobre su profunda creencia de la existencia de un Dios supremo.
El argumento de este valse lo dice todo.Recordemos este tema en esta fecha en la
que se evoca a nuestros hermanos trabajadores del campo.
….! Grande Maestro Pinglo ¡….
“La oración del labriego”
Es ya de madrugada, el
labriego despierta,
al entreabrir sus ojos la luz del alba ve;
entonces presuroso, saliendo de su lecho
musita esta plegaria lleno de amor y fe:
"Señor, Tú que has creado las aguas de los ríos
y a los prados permites el verdor que se ve,
no niegues al labriego el divino rocío
que con cada caída alegra nuestro ser.
La campiña que luce hermosos atributos,
por ti florece siempre, cual ameno vergel;
pero si Tú nos niegas agua, sol y rocío,
morirán los labriegos de inanición y sed".
Después de la jornada, la lampa sobre el hombro,
al ponerse la tarde retorna el labrador
y mientras tranquea de vuelta a la cabaña,
cantando el pensamiento modula esta canción:
"La ansiada primavera que exalta los amores
te debe la pureza de todo su arrebol
y el concierto admirable de pájaros y flores
por obra de tu gracia ostenta su primor".
En medio de este encanto que alegra corazones
el labriego es el guarda de tan rico joyel,
como guardián te pido que con tu omnipotencia
multipliques los frutos que cosechar podré.
al entreabrir sus ojos la luz del alba ve;
entonces presuroso, saliendo de su lecho
musita esta plegaria lleno de amor y fe:
"Señor, Tú que has creado las aguas de los ríos
y a los prados permites el verdor que se ve,
no niegues al labriego el divino rocío
que con cada caída alegra nuestro ser.
La campiña que luce hermosos atributos,
por ti florece siempre, cual ameno vergel;
pero si Tú nos niegas agua, sol y rocío,
morirán los labriegos de inanición y sed".
Después de la jornada, la lampa sobre el hombro,
al ponerse la tarde retorna el labrador
y mientras tranquea de vuelta a la cabaña,
cantando el pensamiento modula esta canción:
"La ansiada primavera que exalta los amores
te debe la pureza de todo su arrebol
y el concierto admirable de pájaros y flores
por obra de tu gracia ostenta su primor".
En medio de este encanto que alegra corazones
el labriego es el guarda de tan rico joyel,
como guardián te pido que con tu omnipotencia
multipliques los frutos que cosechar podré.
(*)Publicado en la Edición No. 1141
de "El Cancionero
de Lima"
Promotor Cultural
E-mail: quiquebravo3@hotmail.com
(c) 9 9651-0337
http://losproblemasqueyoveo.blogspot.com/
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