…los compadres Felipe Pinglo y Pedro
Espinel…
Recordando
que el día de mañana se celebra el CXIII aniversario del nacimiento del Maestro
Felipe Pinglo Alva , se me ocurre actualizar
un artículo que suscribiera en mi blog el nueve de septiembre del año 2,008, y
que estaba referido al valse “ Murió el Maestro” cuyo autor es el
compositor también fallecido , don Pedro Espinel Torres, inspirándose al
fallecer su compadre espiritual y del alma, el más grande compositor peruano de
todos los tiempos, don Felipe Pinglo Alva, que como recordamos todos los
peruanos y pinglistas en particular, dejó esta vida terrena, un aciago 13 de
mayo de 1936.
El maestro
Pinglo fue padrino de las hijas de don Pedro Espinel, de Olga en 1932 y de
Victoria en 1933, siendo la madrina la señora Rosa García. Tuve la ocasión de
conocer en el año 1964 a
don Pedro Espinel, conocido también como el "rey de las polcas”, cuando
éste, era concejal en la
Municipalidad del Rímac y quien escribe, se desempeñaba como
funcionario de la misma. En una oportunidad, en su vieja casona del jirón
Cajamarca, junto al restaurante “ El Parral “, de propiedad de la familia
Barreda Muñoz, me confidenció, que él conoció a Pinglo el 15 de diciembre de
1926, en una grata reunión efectuada en la casa de la familia Meneses, que
quedaba junto a lo que fuera el cine Olimpo. También me narró una serie de
anécdotas que hoy recuerdo con mucha nostalgia, pero a la vez con la grata
satisfacción de haber alternado con él por esos años.
De don
Pedro Espinel guardó una, que me causó por esa época un gran desazón, porque
recién me iniciaba a querer a nuestra música criolla y alternar con criollazos
bajopontinos, como Gonzalo Toledo; Lucas Borja, "chito" Cornejo,
"el pato" Rozas Moreno; el gran guitarrista Julio Arana Plaza ,”el
bebe" para sus amigos; "el loco" Roberto Montes otro magnífico
guitarrista; Jorge Bravo de Rueda y con funcionarios A1 de la Municipalidad
bajopontina como don Jorge Camacho Bonilla ; Luis Mederos Pozo; Luís Izaguirre
Rojas; Elman Figueroa Cavero padre del “Cantor de Lima” Jorge Figueroa ;
Francisco Chamorro Cortez; Carlos Risco ;Jorge Cupén ; Miguel Granados Pacheco;
José Del Castillo Bustíos, entre otros señores de señores.
Por esa
época llegó a mis oídos y ya era vox populi en el ambiente criollo, que antes
de que muriera Pinglo, nadie conocía a Espinel como compositor. Es más, se
rumoreaba que don Pedro había "copiado" los temas del Maestro y que
con posterioridad a su deceso, los presentaba como suyos, entre otros runrunes
de nuestra ya conocida chismosería limeña.
Cuentan que
a los pocos días del fallecimiento del Maestro, en un inmueble de propiedad de
don Obdulio Menacho, de los Barrios Altos, que éste cede un ambiente y se funda
el Centro Social y Musical Felipe Pinglo Alva, siendo su primer presidente, don
Pedro Espinel Torres. Y es así como don Pedro, haciendo caso omiso a las
habladurías de que era un "copión" de los temas de su compadre
Pinglo, que inicia su vasta obra autoral, componiendo una serie de bellos
valses, entre los que tenemos: “El pobre
ciego”;” Páginas rotas”;” La voz del corazón”;” Dos reliquias”; “Idilios
pasados”; “El expósito”;” Celos míos”; y las polcas “Campesina”;” Anhelos”;
“Gracia y donaire”; “Bom Bom Coronado”;” Ojazos negros”;” Me atormenta la
inquietud”; “Ingratitud”.
También nos
dejó como recuerdo, un vals dedicado a uno de los mejores futbolistas peruanos
de esa época e integrante del mejor equipo peruano, el Alianza Lima:” Alejandro Villanueva”, y una serie
de temas más, con lo que dejó sin piso a los comentarios de algunos mal
intencionados. El diario “La
Prensa” en su edición del 21 de junio de 1938 señalaba que
Espinel había manifestado, que “Murió el
Maestro” fue la primera creación criolla que había efectuado, tan igual
como lo hizo Samuel Joya al componer el vals “Ave de paso” también en homenaje al inmortal Felipe Pinglo Alva.
Don Pedro Espinel
también integró el trío “Los criollos de los Barrios Altos” (Espinel-Dongo y
Heredia); paseando su arte musical por estas zonas, por abajo el puente,
Monserrate, la Victoria
y distritos aledaños, siempre con su señorío característico y mejor hablar, ya
que con él se mantenía conversaciones muy amenas.
Pedro
Espinel compuso al morir su esposa, el vals “Más allá”, todo un himno al amor que le debemos profesar a nuestras
compañeras de siempre, así como también en un acto de despedida al fallecer su
señora madre, Ventura Torres, compuso en pleno velatorio el vals “Remembranzas” teniendo como único
testigo de esta bella obra autoral, nada menos que a su amigo del alma, don
Gonzalo Toledo Crovetto.
Como un
homenaje a Felipe Pinglo, a don Pedro Espinel y a todos los que amamos lo
nuestro, transcribo el vals “Murió el
Maestro” de la inspiración de éste último, el que fuera magníficamente
interpretado en un CD, por el dúo formado por Julio “Chavo” Velásquez y Alfredo
Leturia, ambos fallecidos, y que al oírlo
nos hace añorar tiempos idos acerca de quién fue don Felipe Pinglo Alva y que
dice así;
”Cubierto de crepones inclinan sus guitarras
los bohemios de hoy, con profunda pena ahogan sus acordes los de ayer también,
de qué vale ocultar que es muy grande el dolor es que no pueden ya, lo que
agita el interior del humano sentir. Los fúnebres heraldos dan a conocer la
desaparición, del que fue otrora el genial intérprete de nuestras canciones; de
meritorio saber de fecunda inspiración, de su capacidad se enorgullece ya el
folklore nacional.
Murió el maestro sin par, hoy por ti ha de llorar la bohemia criolla; de luto están las guitarras todo es tristeza y dolor, a la necrópolis va en sentida expresión numeroso cortejo, disputanse el ataúd todos quieren cargar al amigo que fue. La ciencia fue impotente para salvar la vida de este ser genial, la muerte injustamente lo eligió para ella haciéndolo inmortal; pues la consagración que en vida tuvo él por su gran actuación, le conquistó un sitial rodeado de esplendor en la inmortalidad. Felipe Pinglo Alva el genial criollo de nuestra tradición, que otrora nos brindó el caudal limeño de sus producciones, con su muerte nos dejó gran vacío, porque es imposible encontrar otro Felipe igual”.
Murió el maestro sin par, hoy por ti ha de llorar la bohemia criolla; de luto están las guitarras todo es tristeza y dolor, a la necrópolis va en sentida expresión numeroso cortejo, disputanse el ataúd todos quieren cargar al amigo que fue. La ciencia fue impotente para salvar la vida de este ser genial, la muerte injustamente lo eligió para ella haciéndolo inmortal; pues la consagración que en vida tuvo él por su gran actuación, le conquistó un sitial rodeado de esplendor en la inmortalidad. Felipe Pinglo Alva el genial criollo de nuestra tradición, que otrora nos brindó el caudal limeño de sus producciones, con su muerte nos dejó gran vacío, porque es imposible encontrar otro Felipe igual”.
Esta
sentida composición dice mucho de la calidad intelectual y vena artística de don PEDRO ESPINEL TORRES, quién no solamente fue el “Rey de las polcas”, sino también el
autor de muchos valses, que como “Murió
el Maestro” nos recordará eternamente a FELIPE PINGLO ALVA, y con mayor motivo el día de mañana que
evocamos el ciento trece aniversario de
su natal.
…Que la
Santísima Virgen del Carmen, “Patrona del Criollismo” los tenga en su
gloria…
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